“La verdad que yo quiero que mis hijos sean felices, pero me apena no tener a quién dejar esta empresa, es mi vida”.
Esta fue la expresión de Cristian, dueño de empresa que durante 20 años trabajó incansablemente para lograr que su proyecto se realice y alcanzar el éxito soñado que le permitió construir bienestar y seguridad económica a su familia.
Cristian siente un gran peso porque no sabe a quién dejar su empresa.
Apoya incondicionalmente a su hijo Jonatán de 20 años, quien tiene gran pasión por la pintura y su deseo es desarrollarse en el arte. Jonatán concurre a la empresa familiar para ayudar en temas administrativos, pero de manera eventual porque no sabe si quiere continuar el proyecto.
Sofía, su hija mayor, es analista en sistemas y trabaja de manera independiente, y no tiene ningún interés en la empresa familiar.
La preocupación de Cristian es la de muchos dueños de empresas, que no pueden ver la continuidad de su sueño. Porque se puede heredar una empresa, pero el liderazgo no se hereda.
En un artículo de Forbes, Oswaldo Toscano expresa que “No se puede elegir al responsable de los destinos del negocio al azar o únicamente por su relación de parentesco”.
En dicho artículo se expone la historia de un director de una empresa familiar, que se encuentra en una situación límite: A su hijo no le gusta el negocio.
Un tema clave en la empresa familiar es el traspaso generacional, y este tema va de la mano con el liderazgo de la empresa y la formación que se le brinda a la generación de continuidad.
Quiero compartir 3 aspectos claves en las empresas familiares durante este proceso:
1. Traspaso vs. Integración Generacional:

A partir del sueño del fundador del negocio familiar, cada generación tiene sus propios desafíos para dar continuidad al proyecto.
El punto clave es partir de una visión que no responda a un modelo sustitutivo, sino a un modelo sinérgico.
¿Qué significa? Significa que necesitamos tener una mirada de complemento, donde no es necesario que se vaya el fundador de la empresa o la generación que está al frente de la empresa para que la continuidad se sume. Esto trae efectos negativos no solo por el desconocimiento de la empresa, sino también por el gran impacto en la falta de motivación de la continuidad.
Genera un mayor aporte la visión de integración generacional donde puedan convivir y potenciar de manera sinérgica las fortalezas de cada una, en vez de pensar en que cada generación que se sume tenga que correr a la generación precedente.
A partir de la pandemia, muchas empresas familiares experimentaron la convivencia entre generaciones, donde se apreció en gran manera el aporte digital de los más jóvenes, además de acelerar procesos de profesionalización.
2. Capital de conocimiento:

Los fundadores de empresas familiares poseen un gran liderazgo centrado en el conocimiento del negocio: conocen a sus clientes, a sus proveedores con quienes realizó alianzas estratégicas para avanzar en su empresa y cada recoveco de sus fábricas.
Todo este capital no puede quedar en el fundador de la empresa si el objetivo es la continuidad.
Una de las problemáticas en las generaciones que se integran es el famoso refrán de “inventar la rueda”, cuando lo que se busca es innovar por el solo de hecho de querer hacer todo distinto.
El conocimiento se comparte y se co-construye promoviendo el aprendizaje en la empresa. Salir de la actitud de querer hacer todo para no tener que explicar cómo son las cosas, o de la actitud de querer hacer todo nuevo sin reconocer el valor que tiene ese patrimonio de conocimiento es el paso que se necesita para avanzar en este proceso.
3. La formación empresarial:

Una frase habitual en la consultoría de empresas familiares es al abordar este proceso con la generación de continuidad: “cuando llegue el momento, voy a ponerme con todo, ahora está mi papá en la empresa”.
Esta expresión nos permite ver los futuros conflictos que puede afrontar la familia y la empresa si no se toma conciencia de la importancia que tiene la formación empresarial.
Además del aprendizaje de ese capital de conocimiento del negocio que adquirieron los antecesores, es vital que se pueda generar un plan de formación profesional para todos los integrantes de la familia que desean continuar el negocio.
El plan de formación permite desarrollar habilidades para que los puestos de liderazgo puedan ser ejercidos por familiares con responsabilidad y compromiso.
Esta formación tiene valor en cuanto a:
- Reafirmar la vocación de liderazgo empresarial.
- Preparar a la generación de continuidad con herramientas profesionales.
- Resguardar el negocio brindando mayor competitividad de sus sucesores.
- Prevenir futuros conflictos en cuanto a las formas de integrar a la generación de continuidad dentro de la empresa familiar.
En mi trabajo como consultora he observado cómo estos aspectos tienen un impacto significativo durante este proceso de traspaso. La empresa familiar posee características distintivas que la diferencia de otro tipo de organizaciones y requiere de un abordaje tan único y particular como lo es cada familia empresaria.