“No es la posición lo que hace al líder…”
John Maxwell
Conocer muy bien tu negocio no es suficiente para que logres dirigir al personal de tu empresa. Es larga la lista de dueños de empresas que expresan su agotamiento al lidiar diariamente con sus empleados.
Un ejemplo que forma parte del día a día en muchas empresas, es cuando los dueños repiten siempre las mismas cosas sin lograr que el personal entienda qué es lo que tiene que hacer.
Cuando la única forma de comunicarnos con el personal consiste en entregar una serie de indicaciones sobre lo que queremos que hagan, sin tener escucha, sin dar feedback ni participación, aunque nuestro pedido sea legítimo desde la posición de dueños, los resultados no serán los mejores y estaremos desaprovechando recursos valiosos en la empresa.
“El dueño soy yo”
Nadie pondría en duda quién es el dueño de una empresa. Lo que genera incertidumbre y muchas dudas en las personas que trabajan en la empresa bajo esta filosofía, es no encontrar a un líder.
Cuando los dueños intervienen en la gestión diaria y actúan solo como jefes, se encontrarán con funciones muy limitadas centradas en:
- dar órdenes
- marcar errores
- repetir una y otra vez lo mismo
- controles basados en la desconfianza
- generar en la empresa una relación dueño-dependiente
Este modo de funcionamiento de la empresa impide generar vínculos de calidad con las personas que la integran. Las consecuencias son muy negativas y se refleja claramente en los siguientes aspectos.
Para los dueños:
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- Desgaste permanente de su función.
- Mirada operativa, dejando de lado lo estratégico.
- Falta de tiempo para descansar, ya que, si no está presente en todas las cosas, no se hacen.
- Reclamos del entorno afectivo por la falta de tiempo para la vida personal.
- Sentimientos negativos contra su propio negocio.
- Frustración empresarial.
Para los empleados:
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- Incertidumbre por lo que tiene que hacer o no.
- Inseguridad por la falta de credibilidad en su trabajo.
- Desmotivación por el ambiente de trabajo.
- Bajo compromiso.
- Indiferencia hacia los resultados por la falta de reconocimiento.
- Individualismo, desde una cultura donde cada uno hace lo que puede.
- Sentimientos negativos contra la empresa.
El ring está afuera
Cuando una empresa funciona bajo este modelo de “jefe” que se impone, podemos observar que no solo se desaprovechan los recursos, sino que las pérdidas son para todos. Esto incluye a los clientes que perciben el mal clima y son afectados por las faltas de respuestas y baja calidad en la atención.
El ambiente que se genera tiene un impacto directo en las relaciones, haciendo que el día a día se convierta en un ring, donde las tensiones crecen como una bola de nieve.
No tardan en aparecer los conflictos, que pueden llegar a una escalada impensada por temas que, en muchas ocasiones, no son tan significativos pero que nadie resuelve.
Ninguna empresa podrá avanzar sino comprende que su pelea está en el mercado, no dentro de su organización. Si estás peleando con tu propia empresa, estás frente a un duelo en el cual si pierde uno, pierden los dos.
En tiempos de incertidumbre como los que hoy vivimos cuya máxima expresión se supera día a día, fortalecer el funcionamiento interno de tu negocio es fundamental para que tu empresa se sostenga y sea más competitiva. Si estás noqueado internamente, tu futuro evoca la obra de Gabriel García Marquez: “Crónica de una muerte anunciada”.
Lidera tu empresa
Algunas preguntas que surgen al mencionar el “liderazgo” nos lleva a pensar en cuestiones sobre las limitaciones o falta de competencias que creemos tener para liderar. Lo que rápidamente puede generar desánimo en el dueño de empresa que desea hacer un giro en su forma de llevar adelante la conducción de su negocio.
El primer paso es la decisión de cambio.
Reconocer la necesidad y ver la posibilidad de que las cosas puedan funcionar de otra forma mucho más beneficiosa para todos, es el paso más importante.
Es posible lograr un liderazgo y eso nos desafía a trabajar en el desarrollo personal. Liderar en la empresa nos permite, gestionar la capacidad de influir en cada integrante de la organización. Esto significa reconocer las habilidades, los conocimientos, desarrollar capacidades en las personas guiándolas hacia el objetivo de la empresa.
Existen diversas herramientas para lograrlo, como por ejemplo:
- Coaching Ejecutivo
- Mentoring
- Capacitaciones
- Entrenamientos
A través de estas herramientas se podrán trabajar los aspectos más importantes del liderazgo actual:
- Comunicación efectiva
- Empatía
- Inteligencia Emocional
- Gestión de las personas
- Manejo de conflictos
- Trabajo en equipo
El cambio es posible y las transformaciones personales suenan tan fuerte que harán que tu liderazgo haga eco, resonando en cada uno de los entornos, empresa, clientes y proveedores.
¿Estás listo para decidir el cambio?
Puedo acompañarte en tu proceso de transformación.